lunes, 29 de diciembre de 2014

La Proporción Áurea, usada en el arte, puede ser aplicable a la topología del espacio tiempo

Se cree que la Proporción Áurea, también conocida como la Proporción Divina, el Número Áureo y con otros nombres similares, es una proporción geométrica que, por alguna razón que nunca nadie ha podido explicar de forma satisfactoria, sería la más agradable estéticamente para la percepción visual humana. Se dice que se empleó para guiar la construcción de las pirámides egipcias, la del Partenón en Atenas, y que bastantes pintores, consciente o inconscientemente, la usaron en cuadros, incluyendo algunos tan carismáticos como la Gioconda de Leonardo da Vinci.

A la Proporción Áurea, con un valor matemático de aproximadamente 1,618 (1,61803...), también se la ha considerado como una especie de “constante” natural, presente en infinidad de estructuras biológicas, desde la curvatura de los colmillos de los elefantes, hasta la forma espiral de las conchas de algunos moluscos.

Ha habido intentos de explicar la presencia de esta proporción en la naturaleza, como por ejemplo el que emprendió Adrian Bejan, profesor de ingeniería mecánica en la Escuela Pratt de Ingeniería de la Universidad Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, sobre el que los redactores de NCYT de Amazings ya hablamos en un artículo (http://www.amazings.com/ciencia/noticias/120210e.html) publicado el 12 de febrero de 2010.

Ahora, el químico Jan Boeyens, de la Universidad de Pretoria, y el paleontólogo Francis Thackeray, de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, ambas instituciones en Sudáfrica, han llegado a la conclusión de que la Proporción Áurea no solo puede estar relacionada con una verdadera constante biológica sino también con la topología del espacio-tiempo.

Los investigadores creen factible que la teoría cuántica y la de la relatividad puedan estar integradas, y enlazadas numéricamente, a través del valor de una constante matemática, que estaría representada por la Proporción Áurea.
Boeyens y Thackeray comparten, desde sus respectivos campos y dilatada experiencia, un interés común sobre cómo se expresa la Proporción Áurea, en cosas aparentemente tan dispares como la estructura espiral de la cóclea (hueso caracol, del oído interno) en un fósil de homínido (concretamente un hominino) de 2 millones de años de antigüedad procedente de la "Cuna de la Humanidad" (un yacimiento paleontológico sudafricano declarado Patrimonio de la Humanidad), las espirales logarítmicas de las galaxias, la estructura del ADN, el crecimiento de muchas plantas, e incluso en la Tabla Periódica de los elementos.

Thackeray investiga si 1,618 está presente en biología como una aproximación al valor medio absoluto de una hipotética constante de las especies, asociada no solo con las especies vivas de mamíferos, aves, reptiles, insectos y otros animales, sino también con especies extintas. Su argumento se basa en análisis estadísticos de mediciones obtenidas de animales de las mismas especies, ya sean vertebrados o invertebrados.

Boeyens investiga cuestiones que se relacionan con la Proporción Áurea en el contexto de la química, la física, el espacio-tiempo, la relatividad y la mecánica cuántica. Argumenta que muchos meteorólogos reconocen al número 1,618 en la estructura espiral de los huracanes, mientras que bastantes astrónomos afirman que la estructura de ciertas galaxias espirales puede ser también identificada con la Proporción Áurea.

Boeyens cree que la notable recurrencia cósmica de este número en referencia al espacio-tiempo, la relatividad o la mecánica cuántica podría significar que los conceptos asociados con estas dos últimas podrían ser integrados a través del número 1,618.

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